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11.10.10

5 formas de “despedir” a un cliente

Hay algunos clientes con los que simplemente no queremos trabajar más. Esto es una realidad y surge en cualquier momento de nuestra vida profesional. Puede ser que el cliente en cuestión es complicado para trabajar o que te has movido de un tipo de trabajo a otro. Si sólo has hecho algunos trabajos o han estado juntos por mucho tiempo, nunca es fácil “despedir” a un cliente. No sólo tendrás la perdida natural de ingresos, sino que debes cortar de forma tal que puedan recomendarte positivamente con otros posibles clientes.
Aquí cinco puntos que puedes utilizar para poder despedir a tus clientes..

1. Sube tus tarifas:
No todos los clientes permanecerán contigo si subes tus tarifas y puedes tomar como ventaja ese simple hecho. Explica a tu cliente problemático que elevas tus tarifas y recargarás tus trabajos en el proceso. Esta solución es, por supuesto, la mejor a aplicar si el problema con el cliente es que no te paga lo que tu trabajo vale. No siempre sale tan bien como para solucionar otros problemas. Un cliente del que te quería deshacer puede morder el anzuelo y aceptar pagarte una tarifa mayor por tus servicios.


2. Llena tu agenda:
A menos que tengas un cliente con un contrato de final pautado, solamente con tomar trabajo que empujen del calendario al cliente problemático puede ser de gran ayuda. Si estás con tanto trabajo agendado que un cliente no puede esperar a que se libere tu agenda, él tratará de buscar a otro freelancer. Incluso puedes ayudar al proceso explicando que no puedes tomar más trabajo por un determinado tiempo además de sugerirle otros freelancer que serían ideales para ese trabajo.


3. Apégate al plan:
Más a menudo que otros casos, los clientes que uno quiere sacarse de encima son los que llegan tarde con una fecha de entrega muy próxima, no nos entregan lo que pedimos o incluso pagan tarde. Sólo apegándose al pie de letra al acuerdo que hicieron en un primer momento y negándose a ceder en la fecha de entrega, puede ayudar. Es muy probable que el cliente comience su propia búsqueda de otro freelancer sin necesidad de que se lo sugieras. Esta aproximación no es perfecta, por su puesto, pues puedes acabar con una reputación de que no eres fácil para trabajar. Pero mientras tu entregues tus trabajos, tu cliente no tendrá mucho para quejarse.


4. No eres tú, soy yo:
Si precisas no trabajar con un cliente en particular, está bien si terminas la relación enmarcándola en un problema personal. Puedes explicar que no eres el freelancer adecuado para esa clase de trabajo. Todos prefieren creer que no es algo que ellos hicieron mal, así que esta aproximación es la que puede finalizar mejor de todas las alternativas.


5. Sólo di no:
hay algunos clientes que pagarán con gusto tarifas más elevadas o esperarán para trabajar contigo, incluso si tú no quieres trabajar con ellos. En dichos casos, puedes necesitar explicar que no puedes trabajar con una persona en particular nunca más. Es la más ruda y antipática de hacer las cosas y es más probable que acabes con un ex-cliente que no dirá cosas agradables acerca de ti cuando le pregunten. Pero algunos clientes no te dejan otra alterantiva.

Vale la pena mencionar que “despedir” un cliente cuando no tienes compromisos contractuales en ejecución es significativamente más fácil que tratar de romper un acuerdo en el medio de un proyecto. A menos de que no haya una forma precisa de terminar el proyecto en cuestión, no dejes a tu cliente (incluso a uno irritante) en medio de la nada. Apenas el proyecto finalice o te deje un tiempo libre, estarás en libertad. Aún si has alcanzado tu punto de colapso, trata de mantener el proceso de darle a tu cliente un buen trabajo. Sugiere otro freelancer y trata de que el cliente piense en ti de manera positiva.

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