Aunque el cliente sea el que paga, debe entender que un diseño debe satisfacer la necesidad del usuario, aquel que hará uso de el. Hay muchos que piensan que su marca es la importante y que en realidad ella debe ser la protagonista, pero en realidad no servirá de nada un diseño que destaque completamente la marca que ni siquiera brinde a los usuarios información sobre la calidad y variedad de los productos.
Por lo general, esta actitud por parte del cliente marcará cuestiones como: no me gusta el azul, por favor usa amarillo y cosas por el estilo que tirarán por tierra lo que habremos diseñado y sobre todo, nos generará frustración.
Clientes avaros
Aquellos que piden descuento por nuestros servicios pueden hacerlo por necesidad, pero lo más probable es que solo lo hagan por la satisfacción del mero hecho de regatear. Pero debemos tener en cuenta que son horas de trabajo las que estarán sacrificando. Además, por lo general, este mismo tipo de cliente es aquel que se las ingeniará para pedirnos más trabajo que el acordado en un primer momento. Si no están dispuestos a negociar un ajuste en la cantidad de trabajo, entonces sería recomendable escapar de este tipo de individuo.
Un logo horrible
El logo es quizás la parte más importante y relevante en todo el diseño web por ejemplo, implica que aquel que los visite fijará en su retina esa cosa deforme y sin sentido antes que cualquier esfuerzo que hayamos puesto en el entorno.
Es dificil hacer encajar un logo desastroso, al que el cliente ama con todas sus fuerzas, en un diseño armónico y que a fin de cuentas se pueda mostrar en un portfolio.
Si el cliente no escucha razones y el logo no puede sacarse o modificarse, entonces debemos despedirnos del cliente.
Nombres malos
Es una cuestión un poco más leve que la del logo, pero entiendo que si tenemos un nombre como: “Bar sandwichito caliente del mes de Octubre ”, no habrá forma de incluirlo en ningún diseño que se precie de ser bueno. Podemos utilizar siglas, podemos proponer opciones más cortas, pero si esto debe ser aplicado tal cual se encuentra, nos resultará un problema a futuro, ya que tales extensiones son muy difíciles de colocar en cualquier lado, y sobre todo lograr que sea un diseño armónico y que se fije en la mente del visitante.
La longitud no es el único problema con los nombres, el hecho de contener consonantes todas juntas, algo que sea difícil de decir, también puede traer problemas.
Empresas sin estrategia de negocios
Podríamos pensar, bueno bien, no importa si se funde, lo importante es que nos paguen. Esto no es así, obviamente si tomamos nuestra carrera con seriedad.
Resulta muy dificultoso diseñar para un cliente que no tiene idea qué quiere lograr, ni qué mensaje brindar. Podremos asesorarlo aunque no sea parte de nuestro trabajo, pero lo ideal es que cada cual sepa cual es la meta. En el caso del cliente, el mensaje; en el nuestro, la forma de lograr transmitirlo.
Información inexistente o con errores
Vamos a ser sinceros, muy pocos usuarios prestan atención a la forma en que el diseñador utiliza los colores, las formas y la tipografía.
Ya sea sobre productos o servicios es necesario cumplir con informar al usuario, por lo que siempre es necesario solicitar textos que describan secciones y sobre todo, que estén bien escritos. Igualmente, aunque no sea nuestro trabajo, la obligación ética es que el mensaje se reciba como corresponde, por lo que deberemos someter a correcciones en el caso de encontrar fallas.
En los casos en los que solo nos dan una imagen y dos palabras trabajar, no podemos inventar contenido para agregar. Es mejor siempre escapar de estos clientes también.
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