Uno como diseñador gráfico, reconoce que en alguna (o más de una) ocasión ha reciclado diseños que no fueron aprobados por un cliente para presentárselos a otro cambiando algunos elementos como logo, colores, etc.
Es normal que este tipo de cosas sea frecuente para aprovechar un diseño que se consideras de calidad y que gustaría que viera la luz, y sobre todo para ganar tiempo y mejorar rentabilidad.
¿Por qué no iban a hacer lo mismo dibujantes de comics o de películas de animación?
Disney también copia y pega:En todas sus películas, sus personajes son muy parecidos, son prototipos: el malo malísimo, el/la protagonista, el/la que se enamora del protagonista, el gracioso amigo del protagonista… Esto favorece a que personajes de distintas películas tengan gestos y movimientos similares..
¿Por qué no iban a hacer lo mismo dibujantes de comics o de películas de animación?
Disney también copia y pega:En todas sus películas, sus personajes son muy parecidos, son prototipos: el malo malísimo, el/la protagonista, el/la que se enamora del protagonista, el gracioso amigo del protagonista… Esto favorece a que personajes de distintas películas tengan gestos y movimientos similares..
La técnica, conocida como “video-referenciar”, ahorra dinero al estudio, copiando directamente la animación de una cinta ya existente y saltándose el engorroso paso de animar paso paso tomando como modelo humanos reales. Las mismas animaciones creadas por ejemplo para "Blancanieves y los siete enanitos" (1937) se reciclan en "Robin Hood" (1973) ; los que sirvieron para "Merlín el encantador" (1963) se repiten en "El Libro de la Selva" (1967) y determinados movimientos especiales, como caídas o saltos, aparecen una y otra vez de la misma manera en muchas producciones del gigante de los dibujos animados...
Pero cuando la copia no es a uno mismo..
Si bien autoreciclarse no es demasiado elegante pero sí lícito, reciclarse a los demás es algo bastante feo y mal visto. Es de sobras conocido que Disney ha realizado históricamente excelentes películas de animación, aunque la originalidad nunca fue su punto fuerte, siempre se trataba de adaptaciones de cuentos populares u obras clásicas.
En 1994, El rey León y Disney, desde su arcón congelador, dio un puñetazo en la mesa reivindicando el talento creador de la factoría con el que sería su primer largometraje basado en una historia propia. La película se celebró a bombo y platillo como una de sus mejores producciones, con el añadido de ser 100% Disney.
Pero no todo el Mundo estaba de acuerdo con esa afirmación. Al otro lado del océano, un señor japonés se lamentaba de lo que consideraba una fusilada en toda regla, no sólo de historia (que tampoco era de ellos, sino una leyenda africana) sino también formal.
Parece ser que los esbirros de Disney encontraron por casualidad una serie de animación de los '60 que consideraron underground y que podrían adaptar a la gran pantalla sin que nadie se enterara. De lo que no ser percataron fue de que estaba plagiando a Osamu Tezuka, considerado por los japoneses (la gente que más y mejor animación produce) como el Dios del Manga. (Astroboy, Chopi y la Princesa, Adolf, Metrópolis, Buda...)
La serie en cuestión llegó a emitirse en España por la cadenas autonómica bajo el título Kimba, el León Blanco. Los parecido, empezando por el nombre Kimba/Simba, son más que evidentes.
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