- Han cambiado en su vocabulario la palabra “tarea” por “entrega”, “bola” por “esfera”, “gente” por “usuarios” y “hola” por “¿y ahora qué?”
- No tienen noción del tiempo. Pueden llegar a preguntarte por el día de la semana, luego el mes, para acabar incluso preguntando por el año.
- Odian profundamente la pregunta “¿Te falta mucho?”
- Están convencidos de que las ideas más creativas son las que surgen la noche antes de la entrega.
- Pueden modelar un proyecto en Autocad, animarlo en 3D Studio, diseñarlo en Illustrator y ponerlo en una página web, pero no sabe usar Excel.
- A sus seres queridos les da miedo usar las palabras “bonito” o “feo” delante de ellos.
- Pueden tener su lugar de trabajo de lo mas desordenado, pero saben dónde se encuentra cada cosa.
- A los 22 años ya tienen tendinitis en ambas muñecas, escoliosis, gafas graduadas, migrañas, úlcera, etc.
- Creen que dormir 6 horas es un lujo.
- Se cuestionan su futuro 3 veces al día.
- Saben más de la BAUHAUS que de sus abuelos.
- Han pasado si o si por urgencias tras un corte profundo con el cutter.
- Están hartos de la gente que dice “Yo iba a ser diseñador pero no me gusta dibujar”.
- Pueden discutir con autoridad el contenido de cafeína en distintas bebidas y su respectiva eficacia.
- No han sido vistos en público sin ojeras.
- Todo el mundo les dice cuanto los quieren y admiran su trabajo, pero cuando hay que hacer un diseño… “nunca hay dinero”.
- Hermanos, amigos, primos y otros conocidos les piden “Un dibujito para el colegio”, que termina siendo un mapamundi con división política como mínimo.
- Miles de veces han estado despiertos en un amanecer, sin embargo nunca vieron uno.
- Cuando tienen tiempo para salir a cenar, no dejarán de escudriñar hasta el milímetro la carta del restaurante preguntándose “¿Quién habrá diseñado el menú?” o “¿Quién hizo éste logo?”.
- Arreglan u organizan los productos disimuladamente en los negocios para que se vean “más bonitos”.
15.5.13
20 maneras de reconocer a un diseñador gráfico
Siempre intentamos tomarnos con humor los listados en que se
generaliza creando una especie de “diseñador tipo” amplificando las manías o
defectos profesionales y personales. Y aunque sabemos que siempre hay
quien no entiende que nos riamos de nosotros mismos, uno no se puede resistir a publicar una serie de estereotipos que a veces se ajustan peligrosamente a la realidad.
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