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15.8.11

De la creatividad al método

¿Creatividad aplicada sólo a resolver el ordenamiento de un campo visual a través de manipular formas, colores, texturas, tipografías, o considerada como una actitud frente, no ya a resolver problemas, sino a detectarlos?


 

La sola visión de un problema ya es un acto creativo. Esto permite ampliar la posibilidad y no ser creativos sólo en las respuestas, es decir en la parte final, sino en el origen del problema. Esta definición de creatividad modifica por completo conceptos que tenemos de lo que es nuestra profesión, convirtiéndola en parte esencial del proceso de diseño y alejándola radicalmente de esas descripciones que la presentan como un don, propio de ciertos individuos.

El siguiente cuadro, en relación al del inicio de la nota, ilustra como se transforma el proceso de diseño al utilizar a la creatividad en pro de detectar la necesidad. Esto lleva al diseño a un estado de total proactividad.



“La sociedad ha acuñado con cierto beneplácito, el término creatividad. Este eufemismo se utiliza para describir un acto de contenido mágico en poder de ciertos individuos (¿determinismo biológico?) particularmente dotados. Este término discriminatorio –parece ser que algunos no están en posesión del don sagrado– elogia una presunta capacidad, o capacitación, o ambas, que tiende a producir sucesos de valor innovativo.
El diseño, por el contrario es una metodología intelectiva para producir soluciones ante una necesidad cierta. Plan mental. El diseño describe un proceso paulatino de carácter secuencial para la generación de ideas tendientes a resolver problemas humanos. Y no surge de forma espontánea. Surge de la voluntad, del conocimiento de la gente y del análisis y el estudio del contexto y de sus posibilidades. Finalmente, surge del duro trabajo del aprendizaje.
Ronald Shakespear


Para la creatividad también existen métodos, tanto para aplicarla, como para aprenderla. Sin embargo nuestro ámbito específico, y gran parte del resto de los mortales, consideran que el ser creativo está totalmente condicionado a ese supuesto determinismo biológico, el hecho de nacer con ciertos dones, donde no pareciese ser una capacidad que se pueda incorporar a través del aprendizaje.
La creatividad no es un momento de locura y trasgresión, sino un proceso en busca de un nuevo resultado, que sustenta esa búsqueda en un conocimiento muy solvente; de lo contrario, no produciría innovación real, sino innovación vista sólo a los ojos de alguien que ignora lo ya existente.
La frase más común de quienes no están en posición de ser creativos, por no tener la formación necesaria o por falta de actitud es: “¡Ya todo está inventado!” y la formación necesaria no es ese don natural, sino un fuerte conocimiento del ámbito donde se pretende innovar.


Uno de los mitos más comunes es el creer que las ideas nuevas surgen casi por generación espontánea, que les llegan a las personas sin que éstas hagan esfuerzo alguno, que se producen por “inspiración”. La creatividad, al igual que todas las habilidades intelectuales o mentales del ser humano (como la memoria, el autocontrol, el poder de concentración, etcétera), puede ser aprendida, mejorada y desarrollada a voluntad, “nadie nace sabiendo”.


Creatividad, intuición, innovación, experimentación; el diseñador, ayudado por su espíritu bohemio, con una (tan fuerte como cuestionable) inclinación hacia aspectos artísticos, hace de estas palabras un extraño caldo de cultivo, que sólo termina por banalizarlas y hacerles perder todo su sentido. Todas y cada una de ellas, para su real utilización, requieren de profundas bases teóricas, investigación, recopilación y análisis de datos, modelado de situaciones y procesos de verificación.


Mezclar una textura con una imagen fotográfica, ampliar y deformar una tipografía hasta lo ilegible, combinar colores y formas de manera osada, nada de eso es creatividad, ni innovación, ni experimentación. Desafiar los códigos gráficos de un público en particular, conociendo previamente a ese público, entendiendo el por qué de la propuesta gráfica (objetivos y resultados esperados), midiendo la respuesta; investigando previamente al emisor, al receptor, al canal y al vehículo de ese mensaje, eso sí puede derivar en un hecho creativo, innovativo y experimental.


Una nueva idea no es más que una nueva forma de interrelacionar dos o más cosas que ya existían antes, pero que nadie había relacionado entre sí con anterioridad. Nada surge de la nada, en consecuencia, las ideas tampoco surgen de la nada. La definición de crear dice: producir algo, establecer, fundar, introducir por primera vez algo. Y como nada surge de la nada, ese resultado creativo deberá indefectiblemente ser producto de algo, y ese algo, en diseño, está constituido por una base muy sólida de información.

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