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31.10.13

Mad Men: 10 consejos de cómo sobrevivir en el ambiente creativo

Visto en Huffingtonpost.




Es muy diferente el cómo se vestía y pensaba en la época de los 60s, pero algo que sin duda no ha cambiado es el estresante y presionado ambiente que se vive en las agencias de publicidad y diseño.

La serie de televisión Mad Men, ambientada en los años 60s y con personajes que se dedican y se desenvuelven en el ambiente publicitario, reflejan el caótico mundo creativo de esos años, de tal manera que ciertas situaciones siguen siendo un espejo del mundo actual.

Puede que las estructuras de trabajo hayan cambiando mucho durante los últimos 50 años, pero muchos de los consejos y frases que se mencionan en Man Men, podrían ser toda una cátedra de profesionalismo, por parte de Don Draper y sus colegas sin tener una fecha de caducidad en este siglo XXI.

A continuación diez consejos que fueron tomados de dicha serie de televisión, para que sobrevivas al ambiente laboral de las agencia creativas y de diseño para no darte por vencido en tan poco tiempo:

1. “Si no te gusta lo que se está diciendo, cambia de conversación”.
2. “¿Quieres algo de respeto? Sal ahí fuera y búscalo por ti mismo”.
3. “Atrapa un trabajo y conviértete en la persona que hace ese trabajo”.
4. “Estar con un cliente es como estar casado. A veces llegas a él por las razones equivocadas y al final todo te acaba estallando en la cara”.
5. “A veces cuando la gente entiende por fin lo que quiere, se da cuenta de lo limitados que son sus objetivos”.
6. “Odio que tener que decírtelo, pero no hay una gran mentira, no hay un sistema. El universo es indiferente”.
7. “El cambio no es bueno ni malo, simplemente es cambio”.
8. “La gente quiere tanto que le digan lo que tiene que hacer que está dispuesta a escuchar a cualquiera”.
9. “El dinero y la educación no son capaces de eliminar la tosquedad de las personas”.
10. “La publicidad está basada en una única cosa: la felicidad. Y ¿sabes lo que es la felicidad? La felicidad es el aroma de un coche nuevo. Es la liberación del miedo. Es una valla publicitaria a un lado de la carretera que te grita que cualquier cosa que estés haciendo en ese momento está bien”.

Bonus:
“Somos defectuosos porque queremos demasiadas cosas. Conseguimos las cosas que queremos y aun así seguimos deseando más”.



22.10.13

5 tips para diseñar un flyer

Por Occi Olachea.

El flyer es una forma de publicidad que ha evolucionado con el paso de los años. El termino flyer se remonta a los inicios de la aviación cuando desde estos se esparcían desde los aires anuncios de diferentes productos y eventos. En español el termino adecuado es volante.

Para muchas marcas y empresas es un método bastante económico de hacerse promoción y si no se tienen los suficientes recursos monetarios para realizar una gran campaña de publicidad.


El flyer es una gran oportunidad de tener un contacto directo con el consumidor que este aprecie la información de manera clara y concisa.

Actualmente esta técnica de publicidad se puede hacer tanto de manera impresa como en formato digital a través de los e-mails, una solución para muchas empresas del siglo XXI que cuentan con pocos recursos.

Para realizar un flyer efectivo eficaz y creativo que no termine en la basura totalmente desapercibido, debe ser llamativo y contar con los elementos necesarios que atraigan las miradas.
 

5 tips para diseñar un volante de publicidad:

1. Titular llamativo.
Se trata de lo primero que verán los usuarios y, por lo tanto, de aquello que recordarán. Pónselo fácil: utiliza una frase atractiva, que ofrezca algo o capte la atención, y hazlo en un gran tamaño.
Palabras como "gratis" suelen funcionar. También titulares del estilo "nos hemos vuelto locos", "hemos tirado la casa por la ventana" o "consigue lo que siempre soñaste".

2. Cuida las imágenes.
El texto es importante pero las imágenes también son una parte fundamental a cuidar. Debemos utilizar ilustraciones de buena resolución que ofrezcan calidad en la impresión y, ante todo, que sean reales de nuestro producto, servicio o local.

3. Incite a la acción.
Hemos logrado captar la atención y falta que demos al usuario el empujón final. Para ello, utiliza frases como "Rápido, que se acaba", "oferta válida solo hasta el final de existencias" o "solo durante este mes". En función de tu negocio deberás adaptar los contenidos.

4. Determinar quienes serán los clientes.
Otra importante recomendación es saber a quién le voy a dar un volante. Es importante definir el cliente meta, es decir quienes son las personas que tienen mas posibilidades de interesarse por su publicidad. Para llegar a sus clientes meta necesita saber quiénes son. Busque características comunes que se puedan identificar. ¿Son empresas o personas? ¿Pertenecen a cierto grupo de edad, geográfico o de ingreso en la estructura de la población? ¿Cómo compran el tipo de productos o servicios que ofrece? ¿Con qué frecuencia los compran? ¿Qué características buscan?.

5. Ser diferente.

No basta únicamente con mostrar nuestra información más importante; es necesario que usted ofrezca el plus que la gente esta buscando. El consumidor siempre espera encontrar lo mejor, el mejor lugar, el mejor precio, la mejor atención. Descubra por qué usted es la mejor opción y hágaselo saber a la gente para que decida por usted y no por su competidor. Innove y transforme positivamente su imagen pública.





11.10.13

12 características para diseñar un logo eficaz

Como diseñadores, ya es bien sabido que un logotipo es la imagen que representará a un marca ante el mercado, por eso se debe diseñarse con el más mínimo cuidado para que sea aceptado tanto por el cliente como por el público.
La identidad en general de una marca es la combinación de diferentes elementos visuales, auditivos y sensoriales con 5 objetivos básicos que no podemos dejar pasar:
  • Crear reconocimiento de marca.
  • Ayudar al consumidor a codificar y decodificar el mensaje de la marca.
  • Representar una determinada promesa única de la marca.
  • Diferenciarse y resaltar sobre la competencia.
  • Fomentar las sinergías de comunicación entre el consumidor y la marca. 

El elemento inicial y clave para comenzar a diseñar una identidad de marca es el logotipo y para que este sea realmente eficaz debe contener los siguientes requisitos:

1) Ser memorable y obtener la máxima puntuación en los índices de reconocimiento y de recuerdo.
2) Ser reconocible también a grandes distancias.
3) Ser atemporal para no quedarse anticuado en poco tiempo.
4) Tener la calidad suficiente como para destacar entre otros logotipos.
5) Reforzar el nombre y el lema de la marca.
6) Evocar emociones positivas.
7) Generar asociaciones de marca de carácter positivo.
8) No provocar emociones negativas ni inesperadas en el público objetivo de la marca.
9) Ajustarse a los espacios en los que aparecerá con más frecuencia.
10) Ser reconocible también en los soportes más pequeños (las tarjetas de visita de la marca, por ejemplo).
11) Ser atractivo tanto en color como en blanco y negro.
12) No desentonar con el resto de submarcas asociadas a la compañía.

La tarea de elegir un logotipo no debe ser tomada ni mucho menos a la ligera. Para alcanzar un diseño óptimo, se necesitan antes muchos debates y muchas propuestas rechazadas.

5.10.13

La importancia tener un sistema de trabajo

Por Mario Balcázar.


Experiencias propias y ajenas nos dicen que todo debe tener un orden determinado. El diseño no es la excepción.

Se abre la puerta y entra el chef estrella. Esta tarde deberá preparar uno de sus deliciosas recetas con las cuales ha logrado llegar hasta la cima del mundo culinario. Lo que casi nadie sabe es que tiene un estilo único muy poco ortodoxo: no le gusta lavar trastes. Tal llega a ser su fobia que cuando termina de preparar sus platillos deja todos los utensilios apilados sobre el fregadero. Ahí se quedan y no los vuelve a tocar hasta que los requiere nuevamente. Lo mismo hace con la harina, el aceite, los huevos y cualquier otro ingrediente que haya utilizado. Todo está fuera, «a la mano» diría orgulloso a todo aquel que ocurrentemente vea esta práctica como algo poco sano o poco común.

Nos imaginamos una escena grotesca del aspecto su cocina: poco higiénica, con un olor a comida del platillo anterior impregnada de la anterior y así sucesivamente. Mientras sus comensales no pongan objeción alguna, el sistema no tiene falla. Solamente que este chef trabaja sobre una línea muy delgada entre lo genial y la catástrofe. Pero cuando menos lo espere, preparará un pastel bastante sencillo utilizando leche caduca, no logrará quitar el olor a cebolla que tenía la cacerola después de dos días y el pastel saldrá con un aroma mezclado nada agradable. Su estilo puede ser criticado puesto que trabaja con elementos que requieren higiene y conservación, pero si lo trasladamos a cualquier otro ámbito, se convierte en uno más dentro de un proceso de trabajo sin un orden establecido, o con un orden poco confiable.

Los diseñadores enfrentamos continuamente este tipo de problemáticas. Nuestras labores diarias incluyen dar salida a archivos para que cobren vida en algún medio ajeno a nuestra propia computadora. Así como en la comida puede ser que una vez servido el platillo tengamos que hacer algún ajuste, ya sea poniéndole un poco más de sal, agregando más salsa o acompañándola con una ensalada; de la misma forma, en diseño la experiencia nos dicta que un «diseño final» no siempre significa «diseño final».


Cada diseñador es un mundo

La importancia de contar con un sistema de trabajo implica conocer que nuestra labor muchas veces no finaliza pulsando el comando «Grabar disco» o «Subir a FTP». Es tan solo una salida del platillo principal y lo más seguro es que en algún momento debamos regresar a un punto en el camino para hacer cambios, crear una segunda versión del original o tomar elementos del diseño para aplicarlos en adaptaciones o nuevas versiones. Hay diseñadores que trabajan por su cuenta, que su computadora se convierte en un mundo personal al cual nadie más tiene acceso. Otros, comparten un proceso de trabajo común, en el que dependen de colegas para completar algún proyecto.

Mientras el cliente se lleva una idea aplicada, nosotros nos quedamos con ese proceso creativo traducido a códigos y comandos dentro de la computadora, lo que nos lleva al hecho de que todos necesitamos un orden para mantener nuestra información clasificada y a la mano. De otro modo corremos el riesgo de preparar un pastel con aceite rancio.

¿Cuántas veces debemos regresar a un archivo que tuvo cambios y correcciones? Tras meses de finalizado debemos hacer una reimpresión, abrimos la carpeta y nos encontramos con archivos que se llaman: «final.indd», «final_ok.indd», «ok_ok.indd», «final_ok_ultimo.psd», entre otros. Otro caso sería encontrar una foto que utilizada en un folleto hace seis meses. Como no la encontramos por nombre debemos recurrir a nuestro archivo nativo y localizar la liga donde nos indique que el archivo de una modelo manejando un auto convertible se llama «guapa.psd», «superauto.psd» o en el peor y más común de los casos «DSC_0032.psd». El colmo es cuando buscamos el archivo: cintillo.ai y nos damos cuenta que hay veinte en el servidor, cada uno con un diseño diferente.

Efectivamente cada diseñador es un mundo y con esa plena libertad por la que murieron nuestros ancestros podemos defender nuestro legítimo derecho a trabajar como nos venga en gana, de ponerle a nuestros archivos «superdiseño1.ai» y guardar todos nuestros proyectos en el escritorio. Pero cuando hay que depurar la información para hacerle espacio al nuevo proyecto en nuestro disco duro, cuando nos enfermamos y alguien debe entrar a nuestro sistema para extraer archivos o que debamos reenviar un folleto a reimpresión, agradeceremos enormemente no estar perdiendo el tiempo ordenado de nuevo lo que estaba dispuesto según nuestro orden. 



La misión imposible de tener un sistema

En una empresa donde cada diseñador es contratado en tiempos diferentes y con experiencias previas en otros ámbitos, resulta sumamente complejo mantener un orden. Un colega enfrentó este problema cuando se incorporó a su nuevo trabajo. Asumió un ritmo de trabajo desordenado y sin control: cada quien con su estilo nombraba los archivos y los colocaba en carpetas a discreción. Almacenaban la información en discos que se apilaban y cuyas etiquetas decían «proyecto X folder», «proyecto X 2004», «flyer X 2005», en una libreta que recopilaba años y años de trabajos pasados.

Tras dos años de espera, sus antecesores partieron, dándole la oportunidad de adoctrinar a sus inocentes colegas con su estilo y forma de trabajo, ya totalmente depurado y a prueba de que si alguien requería un archivo realizado el 4 de mayo de 2006, fuera fácilmente identificado, localizable y trabajable en el menor tiempo posible.

Lamentablemente hay oficinas donde esto nunca ha sucedido y se vive un caos mayor al de cualquier departamento de diseño. Retomar esta idea o intentar imponer un sistema sobre los demás implica, lejos de un triunfo, la antipatía del grupo que pretende ser subordinado. Aún así, nunca es tarde para proponer en conjunto la utilización de un sistema en pro de una mayor calidad de tiempo en el trabajo.

Este artículo no se trata de imponer un sistema específico o de mostrar los 5 pasos para hacer un diseño excelente, sino de poner sobre la mesa el problmea de encontrar un sistema de trabajo que funcione a cada quien. Para ello, debemos identificar los puntos neurálgicos de nuestro trabajo:

  • Un buen sistema de diseño en un buen sistema de trabajo
    Quizá el grupo en el que trabajas ha hecho que cada quien tenga su propio estilo, sin que eso sea malo. Lo importante es encontrar un patrón fundamental que tiene que se ajuste al ritmo de trabajo de la empresa. Si la compañía se dedica a hacer catálogos de belleza, pensemos en el caso del departamento de foto, en el cual trabajan cada catálogo con fotógrafos diferentes. Cada uno entrega las imágenes en la forma y orden que mejor le funciona. Pero se trata de un proveedor que debe entrar en nuestro ritmo de trabajo. Si cuando lo contratamos, contamos con un sistema de nomenclatura establecido, estaremos ahorrando tiempo y dolores de cabeza posteriores.

    Recuerdo en alguna ocasión que debía buscar en el banco de imágenes de una empresa, una botella de tequila marca «100 años»: en el buscador probé primero con el nombre del producto,​ la marca, el contenido y llegué al grado de ponerle simplemente «tequila». El ordenador me mostró más de 500 resultados. Finalmente, después de más de dos horas de búsqueda, lo encontré bajó el nombre «Teqila lOO aos». Si el fotógrafo hubiera entregado el archivo con el nombre correcto, una tarea de más de dos horas se hubiera ejecutado en segundos.

  • La integración de fórmulas
    No se trata de un trabajo matemático, sino de un concenso para establecer una base de nomenclaturas. Si todos los miembros del equipo trabajan con archivos que a la larga se deben compartir o retomar, se vuelve indispensable un sistema único para identificar los archivos. Lo primero es un trabajo muy básico pero menos común de lo que imaginamos: tener una carpeta por proyecto.

  • Bases de datos confiables y uso de metadata
    Si no contamos con un servidor para guardar los archivos trabajados, habrá que pensar más fuerte. Una base de datos garantizará tiempo ahorrado como mínimo un minuto por disco grabado. Para ello, también contamos con metadata, palabras clave que se guardan en los archivos y permiten identificarlos rápidamente, como si se trata de tags en un sitio web, donde a cada artículo asignamos palabras clave para que sea más ágil su localización a través de buscadores.

  • Tiempo de administración
    Quienes han cocinado alguna vez, saben que el tiempo empleado en dejar la cocina limpia puede llegar a igualar al tiempo invertido en la elaboración de la comida. No se puede cambiar, se tiene que hacer y de forma inmediata. El diseño funciona igual, si queremos implantar un sistema de trabajo debemos dedicarle tiempo, más al principio, cuando lo estamos implementando, porque además habrá que hacer ajustes sobre la marcha y llegar al nivel óptimo con prueba y error.

    Al final nos daremos cuenta de que el adelantar este trabajo administrativo nos puede llevar a optimizar el trabajo en hasta el 50% del tiempo, para dedicarlo a diseñar o a salir más temprano. En un principio lo ideal sería crear un manual de sistema de trabajo para que los diseñadores que en un futuro se adhieran al departamento, puedan usar como guía o igual para nuevos proveedores. Crearlo también requiere inversión de tiempo, pero nada se comparará con la ganancia a largo plazo que representará.

  • Cuidado sobre la marcha
    Cuando se comienza cualquier trabajo, normalmente se tiene tiempo suficiente para nombrar a los archivos correctamente. El problema es cuando el tiempo se ha agotado, la imprenta se pone nerviosa, no deja de marcarnos para asegurar la entrega en la próxima hora y nosotros debemos retocar la foto final aprobada para la portada que nos acaba de llegar. No hay tiempo para administrar y son los espacios de tiempo en el cual todo el sistema corre peligro de salirse de control. Afortunadamente, después de la tempestad vendrá la calma y con ello, unos treinta minutos para sacar el agua del bote y dedicarnos a archivar correctamente todo lo que al final se salió de control.