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4.6.13

Mandamelo en CMYK, dice… y en CMYK se lo mandamos (Parte 2)

Por Fernando Angilella.

La forma correcta de abordar este tema es, desde mi humilde punto de vista, iniciar con la Teoría del Color. Pero sé que mis queridos lectores no se llevan bien con las teorías. De lo contrario, no serían diseñadores.
Son bastante impacientes y quieren soluciones rapiditas y sin choros mareadores. Sin mencionar, como aderezo, la enorme flojera que eso implicaría.

Y además por que el tema es el CMYK y, desmiéntanme si no es cierto, pero cuando convierten un archivo a CMYK, el camino es sencillo: Edit/Convert to profile/OK ¿qué tanta bronca hay con eso? (si no es que inician con un archivo en blanco, directamente en CMYK sin preguntarse por qué la mitad de las funciones del photoshop no funcionan)
Esa forma de convertir un archivo, mucho me temo, mis hiperactivos lectores, es totalmente incorrecta. El Photoshop nos presenta múltiples opciones para hacer las conversiones, y cientos de expertos se molestaron en ofrecérnoslas para hacer un mejor trabajo, pero no las usamos por que:
  • no tenemos tiempo
  • no notamos ninguna diferencia
  • no entendemos de que habla
  • así nos dijeron que había que hacerlo
  • o todas las anteriores. Cierto?
Si no entienden la teoría de color, colores aditivos y sustractivos, RGB vs CMYK, luz vs pigmento, los procesos y sus variables de impresión y estas cosas “aburridas e inútiles” no van a pasar al siguiente nivel y realmente no hay ningún problema. Mucho mejor para los que si nos ocupamos del tema por que se reduce la competencia.

Queda claro que lo importante de nuestro trabajo es la creatividad, el concepto, la comunicación del mensaje, hasta la estrategia gráfica. Pero ¿de qué sirve todo eso, si al final, nuestro empaque no vende por que “se ve pinche” y no coincide lo que se ve con lo que hay que pagar por él? O la hermosa modelo en la portada se ve enferma, verde-gris. Y si al impresor no le importa, por que “así viene el archivo”, a nosotros sí debería de importarnos, ¿no creen?

Estoy seguro que sólo algunos obsesivo-complulsivos hiper controladores notamos las ligeras diferencias, pero para nosotros, esas ligeras diferencias significan trabajar menos, dar menos explicaciones y… cobrar más. La perfección está en los detalles. ¿Les interesa ahora?
Existen millones de variables o combinaciones en la impresión comercial: Proceso de impresión / Tipo de Máquina / Sustrato / Condiciones ambientales / Acabados o procesos posteriores a la impresión / Reglamentaciones sanitarias / Pigmentos para las tintas / Alcalinidad del agua / Pericia de los operadores / Hábitos locales y por supuesto, las preferencias personales que son totalmente subjetivas e incalculables; por mencionar los que me vienen a la cabeza ahora.
Analicemos entonces algunos de los diferentes tipos de CMYK. Para ello debemos entender que cada uno parte de un estándar específico para un tipo o proceso de impresión diferente sobre un sustrato definido y bajo condiciones muy controladas. Usaremos como ejemplo algunos de los CMYK que yo tengo en mi Photoshop.
Los procesos de impresión Flexografía, Huecograbado y Offset son los más comunes en la impresión comercial.
Los estándares de color más comunes en la impresión comercial:
US Standard Web Offset Printing (SWOP): el que usan todos aquellos que no saben que hacer y les piden los archivos en CMYK. Es el estándar americano para impresión en Rotativa sobre papel de alta calidad.
US Standard Web Offset Printing (SWOP) uncoated: igual que el anterior pero para impresión sobre sustratos no recubiertos.
US Sheetfed Coated: para impresión sobre papel recubierto de alta calidad en hoja suelta.
Euroscale: estándar europeo (Alemán) para impresión sobre hoja suelta recubierta de muy alta calidad.
GRACol: un nuevo estándar basado en la reproducción neutral y correcta de una escala de grises impresos en CMYK.
PaC.Space CMYK Gravure: estándar para la impresión de empaque en huecograbado sobre película plástica.

Hay dos tipos de máquina de impresión comercial principalmente:
Rotativa, rollos enormes de sustrato que se llaman bobinas y que van de un lado al otro de la máquina de impresión, en su trayecto va siendo impreso a muy alta velocidad y se usa principalmente para periódico, revistas, folletos o empaques;
Prensa plana o de hoja suelta que tiene de un lado una pila de hojas de papel que van pasando, individualmente, de un extremo al otro de la máquina a una velocidad mucho menor que una rotativa. Su uso principal es para libros, folletos, cajas de cartón, etc.

El principio de impresión es prácticamente el mismo para los tres procesos y ambos tipos de máquina. En todos existe la posibilidad de imprimir por una cara del sustrato o por ambas simultáneamente. Aquí la variable principal es, primero, el proceso de impresión y la velocidad y de ahí se desprende otra, el tipo de sustrato o papel que se usa ya que a mayor velocidad se debe usar menor cantidad de tinta para que cuando llegue al otro extremo, ésta se encuentre totalmente seca.

Cada sustrato tiene una tonalidad de blanco diferente, (asumiendo que todos son blancos), luego tenemos la capacidad de absorción de la tinta que tiene ese sustrato, los hay mas absorbentes (como el papel bond tradicional o el papel para impresión de periódicos) que se les llama “Sin recubrimiento o Uncoated y otros menos absorbentes (Revista, libro de arte) y se les llama “Con recubrimiento” o Coated. También tenemos películas plásticas cuya absorción es mínima.

¿Por qué es importante el tono del blanco del sustrato? Ahhh. Por que las tintas de impresión comercial son transparentes y se van “sumando” unas encima de las otras para “hacer” los diferentes colores y tonos. Mientras más blanco es el sustrato, más puro es el resultado. De ahí que podemos tener rojos puros o cenizos. Amarillos intensos o sucios y así con todos.

La absorción del sustrato nos da como resultado la diferencia entre un negro o un negro-grisáceo (y todos los colores grisáceos) Ahí no hay nada que hacer. Son las reglas de la física. Así es la teoría del color. Así son los procesos. La solución está en saber diseñar con esas variables. Prever (Pre-ver: Ver antes de que…) el resultado y hacer las correcciones pertinentes.
Las variables y procesos antes descritos se multiplican por cada máquina y sus características específicas. Edad, mantenimiento y condiciones físicas de la máquina y sus partes, Operadores de la máquina, Placas o cilindros grabados, preprensa, etc. Es de ahí que salen millones de variables.
En un mundo ideal, la imprenta debería proveernos del perfil específico de la máquina que imprimirá nuestro diseño, pero eso es imposible hasta que la imprenta no haga la caracterización de la máquina con el sustrato específico para nuestro proyecto. Y respete la programación de cada trabajo. Es por eso que nosotros usamos (o deberíamos) estándares de previsualización para los archivos y los impresores usan (o deberían usar) los mismos estándares para caracterizar sus máquinas. Así, nuestro trabajo se imprimirá bajo las mejores condiciones posibles. Con menos desperdicio por correcciones subjetivas, menos tiempo por que el ajuste de la máquina es más rápido. Y la suma de ambos se traduce en más dinero para la bolsa.
Hay un principio básico que justifica todo lo antes descrito: Garbage-in = Garbage-out. Si entra basura, sale basura. Esto viene a que si los archivos que preparamos y enviamos a las imprentas no vienen correctamente preparados para el proceso específico, ya estamos perdiendo información y no van a dar el máximo esperado. La imprenta recibe archivos limitados y por más que quiera, “la cobija no da mas” la información se fue.
Por ejemplo: Si ya le quitamos 20% de negro, por que usamos un estándar equivocado, pues el negro más oscuro será 80% y así con todos los colores. El lado contrario de la moneda es igual, si les enviamos 100% de negro y el proceso acepta solo 80% entonces el 20% restante se pierde. Y si a nuestro cliente le presentamos una prueba de color con sombras puras y 100% oscuras, y la imprenta solo puede dar sombras 80% oscuras, pues esas sombras, al final del proceso, no son las que le ofrecimos al cliente y ahí es donde viene el “exceso de explicaciones de lo que es inexplicable” – tu eres el diseñador, tu deberías saberlo. Y el impresor, siempre del lado que le conviene, apoya esa teoría de que tus archivos vienen mal. Y esta vez tiene razón.

Entonces en resumen: Mándamelo en CMYK y …. le debemos preguntar ¿en cuál? La respuesta será la misma si viene del ejecutivo de cuenta que atiende a tu cliente: —Pues CMYK!!! Que parte no entiendes? Pero si Uds, ya cansados lectores, que saben y entienden de lo que llevo horas pensando y escribiendo, le preguntan: Rotativa? Huecograbado? Película Plástica Transparente? ya empiezan a tener idea de que el estándar CMYK correcto debe ser ___________ y entonces empiezan a diseñar en consecuencia.
Lo que queda claro para nosotros diseñadores, es que con tantas variables es muy difícil saber, para todos los casos, cual es el proceso, sustrato y características de impresión. El único que lo sabe realmente es (o debería ser) el impresor.
Luego entonces, deberíamos de trabajar y entregar los archivos en RGB, acompañados de una prueba de color que simula el estándar a utilizar por la imprenta, y la conversión al estándar de la máquina en específico cae en la cancha del impresor.


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