¿Cuántos no estamos en mitad de este proceso, o lo hemos sufrido?
A la mayoría nos encanta nuestra profesión y decimos bien alto que podemos hacer cosas diferentes, creativas, que no tenemos que ser unos encorbatados de oficina para trabajar, que nos podemos divertir mientras curramos, pero todo tiene un precio. Uno de los más costosos es precisamente conseguir el puesto, y más que conseguir, yo diría ganar, porque es una carrera de obstáculos lo que hay que superar hasta conseguir la meta. Una meta demasiado difícil de alcanzar, sobre todo ahora, en tiempos de crisis.
Es cierto y lógico que, si vamos a desarrollar una profesión en la que lo que más se demanda es la creatividad y el destacar por encima de los demás, no podamos mandar un CV normal, como hacen el resto de mortales. Tampoco podemos, afortunadamente, estudiarnos unas oposiciones para pelear por una plaza. Nosotros tenemos que demostrar que valemos para esto, algo que no nos dan los títulos. Yo lo veo algo parecido a un casting: nunca eligirán a alguien por muchos estudios que tenga o mucha experiencia, si ante la cámara no es creíble. Aquí el cásting es un portfolio y la experiencia casi indispensable.
Sin embargo, con eso tampoco es suficiente: somos demasiados aspirantes para tan pocos huecos, por eso, books como el tuyo y otros mil millones de veces mejores pueden llegar a diario a la agencia a la que lo mandes, es su pan de cada día: mail con currículum y book.
Uno, y otro, y otro, y otro más. No es por desmoralizar al personal, pero así es muy difícil que alguien te contrate. Volvemos a ser prisioneros de nuestra propia profesión, continúa la lucha incesante por conseguir originalidad, retentiva, sorpresa, empatizar, gustar… Hay que crear la necesidad, que tengan ganas de saber quién se esconde detrás de todo aquello. En definitiva, trabajar antes de trabajar.
Es un camino difícil, como bien muestra el gráfico, además, el hacer todo eso no te asegura un puesto, puede que hayas hecho todo eso que se te pide y sin embargo, te quedes a las puertas. Si eso te pasa varias veces, te da la impresión de que andas por el desierto de las frustraciones, dando vueltas y vueltas sin parar, sin llegar a ningún lado y te dan ganas de tirarte a la arena y dejar de buscar una salida, pero hay que ser constante, muy constante y levantarse y por supuesto, seguir andando.
De vez en cuando, aparece una posibilidad de contrato, o un contacto interesante al que miras con ojos brillosos, cual oasis. Cuando esto pase, lucha, pelea, grita, haz el pino o canta copla, todo lo que necesites para quedarte ahí y si vuelves a caerte, paciencia, es frustrante, pero no te pares, busca una vía nueva, no te estanques y sobre todo, continúa luchando.
Las malas lenguas que viven en la "ciudad Esperanza", dicen que si sigues así, lo conseguirás.
Visto en ateneupopular.
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