1.
No beberás, ni fumarás, ni te drogarás.
Porque para ser creativo necesitas todo el cerebro que tienes.
2.
No tendrás costumbres caras.
Si te interesa el dinero, mejor búscate otra profesión, el buen diseñador nace del talento, el empeño y mucho tiempo.
3.
Soñarás y diseñarás, y soñarás y volverás a diseñar…
Ser diseñador no es un oficio con horario, sino una forma integral de vida.
4.
No serás vanidoso.
No te tomes demasiado en serio, no trates de justificarte, no busques la fama y el éxito.
5.
No serás modesto.
Nunca ha habido un buen arquitecto o diseñador que no intentara ser grande.
6.
Pensarás en todo momento en los que son verdaderamente grandes.
Pueden servirte de modelo para encarar unas vivencias que suelen ser comunes al oficio. Si comprendes las técnicas de los maestros, tendrás mayor posibilidad de desarrollar la tuya.
7.
No dejarás pasar ni un solo día sin analizar un diseño clásico.
Deberás visitar Ronchamp, el Pabellón de Mies en Barcelona, la casa de la cascada de Wright, conducir un “escarabajo”, sentarte en una Thonet o en una Cesca, estudiar el plano del metro de Londres…volver a Ronchamp…
8.
No adorarás Londres, Nueva York, París.
No pierdas el tiempo en lo que está de moda, el estilo que triunfa, o qué cosas se publican o ganan concursos y premios. Sé auténtico estés donde estés, el talento lo llevas puesto.
9.
Diseñarás para complacerte a ti mismo.
Sé fiel a lo que verdaderamente te interesa e importa. No intentes agradar a los demás, ni al profesor ni al cliente ni al periodista.
10.
Serás difícil de complacer.
La mayoría de obras se notan inacabadas.
Proyectar empieza a ser emocionante cuando descartas la primera idea, cuando logras mejorarla, cuando elevas tu exigencia.
De Juli Capella, basado en un decálogo de Stephen Vizinczey “Los diez mandamientos de un escritor” (Verdad y mentiras en la literatura, Seix Barral, 1989)
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