¿Es buena la popularización de la fotografía?

La fotografía tiene ciertos elementos claves. Los mejores fotógrafos tienen una narrativa y educación visual que nada tiene que ver con el tipo de herramienta que usan. A grandes fotógrafos les puedes dar una cámara grande o pequeña y siempre crearán imágenes increíbles.

La foto que se compara con la popularización de los blogs o de la misma tecnología al alcance de todos, tiene que ver poco o nada con la formación exquisita y el esfuerzo casi renacentista que han tenido aquellos que procuran destacar de su entorno.

A la gente le cuesta mucho trabajo entender la diferencia entre un “snapshot” y una fotografía. Confunde macros y paisajes con gran fotografía, confunde foto de estudio sin narrativa, sin gracia ni composición con profesionalismo.

Un buen retrato o una buena historia en una foto es fruto de un proceso complejo, independientemente de que el fotógrafo ya lo ejecute con cierta facilidad.

Toda esa parte suele ignorarse y se confunde con la “popularización de la fotografía”, a la cual atinaría a llamar, la popularización de la herramienta, no del fotógrafo.

Si eres alguno de esos que ha sentido que le comen el trabajo porque el sobrino de un amigo le hace mejores fotos, estás pasando por el mismo problema de un diseñador y de otras varias áreas donde muchos aún no tienen claro que su valor principal está en su creatividad y originalidad, no en su herramienta.

Años antes de este asunto de la fotografía, se había popularizado ya la idea de que aprendiendo la Suite de Adobe, cualquiera estaría preparado como un master del diseño.

Al día de hoy las grandes firmas, estudios y diseñadores que destacan son aquellos que están muy por encima de popularizaciones de herramientas porque son personas formadas para generar grandes ideas innovadoras y después utilizar las herramientas que necesiten para obtener ese resultado especial.

Edward Weston decía que es un hecho que son muy pocos fotógrafos los que realmente dominan su medio y, que en vez de esto, la mayoría deja que el medio los domine a ellos, haciéndolos correr de forma infinita como ardillas dentro de una rueda de esas que tienen las jaulas, persiguiendo el último lente, el último papel, el último desarrollo o el último gadget, nunca quedándose con una pieza del equipo el tiempo suficiente para aprender sus capacidades al 100%, perdiéndose en una masa de información técnica con poco o nulo uso, pues NO SABEN QUE HACER CON ELLO.

Zack Arias decía en una de sus conferencias:

No me importa que clase de experiencia generes para tu cliente, no me importa tu plan de marketing perfecto, no me importa tu equipo ni de que lentes eres dueño, no me importa si disparas con una D40 o con la nueva Nikon D3X FX guión bajo nueve 4 etc…
Todo lo que me interesa como tu colega es qué clase de fotografías creas, qué tan bueno eres, qué tan bueno eres como fotógrafo. No me interesa si ganas un millón de dólares al año si eres un fotógrafo mediocre, porque entonces eres un hombre de negocios, no un fotógrafo.”

Visto en Moccablog Café.