En un capítulo de la serie Los Simpson, Homero Simpson descubre que tiene un hermano secreto, Herbert Powell, propietario de Powell Motors, una compañía de coches en Detroit.
Herbert decide encargarle a Homero la ardua tarea de diseñar el coche ideal para el "norteamericano estándar", creyendo que no habrá nadie mejor que un obrero como su hermano para ese fin.
El resultado final no sólo acaba siendo desproporcionadamente caro, sino que tampoco parece que pueda tener mucho atractivo para ningún norteamericano.
Si bien podríamos afirmar que no existe un "norteamericano estándar", el principal error que comete Herbert es creer que Homero, un usuario, puede ejercer el trabajo de un diseñador.
Homero es perfectamente válido para identificar sus propios problemas y necesidades como conductor, pero las soluciones a estos problemas están fuera de su alcance. Del problema a la solución hay un camino de diseño que no es trivial ni inmediato. Recorrer este camino requiere un enfoque concreto, investigación, comprender ciertas restricciones (técnicas, sociales, contextuales, etc.), conocer varios principios, tener experiencia previa, etc. Intentar explorarlo sin ayuda o la formación necesaria no acostumbra a ser una buena idea.
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