Pero la letra no fue sólo belleza, sino vida, fue paz para el soldado, bajo a las soledades de la mina y el minero leyó el volante duro y clandestino, lo ocultó en los repliegues del secreto corazón y arriba, sobre la tierra, fue otro y otra fue su palabra. La letra fue la madre de las nuevas banderas, las letras procrearon las estrellas terrestres y el canto, el himno ardiente que reúne a los pueblos. Pero, tipografía, déjame celebrarte en la pureza de tus puros perfiles, en la redoma de la letra O, en el fresco florero de la Y griega, en la Q de Quevedo (cómo puede pasar mí poesía frente a esa letra sin sentir el antiguo escalofrío del sabio moribundo, a la azucena multiplicada de la V de victoria, en la E escalonada para subir al cielo, en la Z con su rostro de rayo, en la P anaranjada. Amor, amo las letras de tu pelo, la U de tu mirada, las S de tu talle. En las hojas de la joven primavera relumbra el alfabeto diamantino, las esmeraldas escriben tu nombre con iniciales fresca del rocío. | Mi amor, tu cabellera profunda como selva o diccionario me cubre con su totalidad de idioma rojo. En todo, en la estela del gusano se lee, en la rosa se lee, las raíces están llenas de letras retorcidas por la humedad del bosque y en el cielo de Isla Negra, en la noche, Tipografía, soy sólo un poeta y eres el florido juego de la razón, el movimiento de los alfiles de la inteligencia. No descansas de noche ni de invierno, circulas en las venas de nuestra anatomía y si duermes volando durante alguna noche o huelga o fatiga o ruptura de linotipia bajas de nuevo al libro o al periódico como nube de pájaros al nido. Regresas al sistema, al orden inapelable de la inteligencia. Letras seguid cayendo como precisa lluvia en mi camino. Letras de todo lo que vive y muere, letras de luz, de luna, de silencio, de agua, os amo, y en vosotras recojo no sólo el pensamiento y el combate, sino vuestros vestidos, sentidos y sonidos: A de gloriosa avena, T de trigo y de torre y M como tu nombre de manzana. |
1 comentario:
En la editorial El Pasaje de las letras están a punto de publicar un facsímil de este poema en su edición original de 1955. Un libro para coleccionar.
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